Fehacer el amor
328 junio, 2014 por ma
A veces me sorprendo preguntándome si me amas.
Y me inquiero, no de amor -o quizás también-
sino de duda, por qué me lo pregunto.
Pero no es por no saber que me interrogo
sino por el propio placer de la pregunta
que renueva la respuesta una y otra vez.
Una pregunta que señala un agujero
que pareciera añorarse a ser llenado
pero en el fondo más hondo desea seguir quedando abierto.
A veces me pregunto para estar a solas
en un diálogo con el amor, que va más allá de ti
no es sin ti, no hay causa sin ti
pero estamos el amor y yo más allá en este hablar.
En el principio estuvo el amor, y luego el verbo
la luz y todas esas cosas, incluso su máscara
sus vestidos, sus andares, sus amaneceres,
y por fin tu, trayendo cosas lindas, también dificultades.
A veces estoy a solas con el amor por el puro placer
de la pregunta, de la soledad, del silencio
de la fantasía, lo cursi, de lo que pasa rápido
de la intimidad que se pierde cuando el uno pasa
a la escena del dos, de lo imposible.
Es mi forma de conectar, de fehacer el amor
de reconciliarme con lo que no puede ser.
Pero de todos modos, algo sí tiene respuesta:
siempre me quedo contigo, amor.
Encantador!. Se echa de menos aquello que tiene sentido para quien siente, la presencia del Amor en una esencial expresión existencial libertaria, como el «Fehacer el amor».
ML.
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Yo también te echaba de menos, querida.
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Como echaba de menos leerte, la sensibilidad y la madurez que expresa tu poema me emociona.
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